Niños sin prisa. Niños de chocolate
Vivimos en
un mundo lleno de prisas para los mayores, pero también para los niños. En la
escuela les “apretamos” ya desde edades muy tempranas a ajustar los tiempos,
que no son los suyos, sino los nuestros, a las diferentes asignaturas con las que
deben enfrentarse en Primaria.
Mis niños de
primero viven sujetos ya, desde sus cortos años, a esos cambios constantes de profesor y materia. “Vamos, terminad, que viene el profe de educación física”, “venga,
acabad ya esa historia que estáis inventando porque viene la profesora de
música”, “hoy no sé si podremos jugar en los rincones porque tenemos que acabar
la programación”…
Aun así,
siempre procuro buscar momentos, que acaban conviertiéndose en momentazos. Cuando
salimos de esa bobería colectiva, sujeta a los tiempos adultos, mis alumnos se
muestran felices, expansivos, libres y creativos, dando respuesta a sus
necesidades.
Por eso
bailamos, y hacemos teatro, inventamos, y
corremos, y pintamos en el suelo, y en la cara. Y nos metemos en la cocina, cantamos y hasta hacemos el pino.
Hoy, por ejemplo, hemos realizado una actividad que les gusta mucho, relacionada con el chocolate. Porque además de ser un alimento excelente, tomado en justa medida, por su aporte de magnesio, fibra, fósforo, vitamina B2, B12, etc. El chocolate está asociado a la felicidad, ya que favorece la producción de serotonina, mejorando el estado de ánimo y ayudando a combatir el estrés.
Y eso hemos hecho hoy... ¡Ser felices!
Acostumbran a empezar "midiendo", "acercándose", "oliendo", "pensando en lo que vendrá después".
Siempre sé cómo empiezan pero nunca cómo acaban... Bueno sí... acaban chupándose los dedos, la hoja, la mesa, chupando al compañero...
(Susana Paredes, tutora de 1º de Primaria en el C.E.I.P. El Tossal de Alicante)
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