En 2º de primaria
hemos estado trabajando el Sistema Solar. Pero esta vez hemos
decidido hacer un proyecto utilizando el aprendizaje cooperativo…
¡Y hemos disfrutado un montón!
Primero vimos la
información que había en el libro sobre el Sol y los 8 planetas que
componen el Sistema Solar (y en la pizarra digital pudimos ver que,
aunque la Tierra está considerado el planeta azul, hay otros
planetas que también son azules y... ¡muy bonitos!, y que el Sol es
mucho más grande que Júpiter, pero que ¡hay estrellas muuuucho más
grandes que el Sol!).
También vimos en el
libro que la Tierra se mueve alrededor del Sol y sobre sí misma,
dando lugar a las estaciones y el día y la noche (fue más divertido
aprenderlo cuando salían niños haciendo de la Tierra dando vueltas
sin parar con otro girando a su alrededor -Luna- y uno en el centro
“iluminándolo” todo con sus rayos solares).
También vimos que
la Luna es una mentirosilla y cuando tiene forma de C no es
creciente, sino menguante, y que la Tierra se divide en dos
hemisferios y tiene agua, una parte rocosa y atmósfera.
Pero la mejor parte
vino cuando nos repartimos los 3 elementos más importantes e hicimos
“equipos de sabios”, expertos en el Sol, la Tierra o la Luna.
Cada uno tuvo que traer algo de información sobre el tema que le
había tocado, y en clase se formaron 3 grandes equipos donde se
compartía la información: todos los que trabajaron el Sol
compartieron sus conocimientos, todos los de la Tierra se juntaron
para hacer lo mismo con la información que habían traído, y los de
la Luna igual. Todo el mundo en clase estaba muy interesado en
aprender lo que contaban los compañeros.
Después, se
formaron equipos mixtos con 2 personas que habían trabajado el Sol,
2 de la Tierra y 1 de la Luna, de manera que estas 5 personas tenían
que explicarse entre ellos todo lo que sabían de su tema.
Y finalmente
realizaron un mural: de cada parte tenían que seleccionar las 3
cosas que consideraban más importantes y componer un esquema del
Sistema Solar con los 3 elementos estudiados. Las dos personas
encargadas de cada parte tenían que plantearse cuáles eran esas 3
características de su elemento y una vez seleccionadas, mientras uno
las escribía el otro recortaba y componía el Sol, la Tierra o la
Luna según le correspondiera, de forma que todos participaban
activamente en la actividad.
Por último, todos
los equipos expusieron sus trabajos de forma oral en la clase,
enseñando a los compañeros su resultado final y explicándoles las
características que habían considerado más relevantes de cada
parte.
De esta manera,
todos se han enriquecido del trabajo de los demás y han enriquecido
a los demás con su trabajo. ¡Y se lo han pasado pipa!
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